sábado, 13 de marzo de 2010

NZ Vegano Podcast Episodio 22 - Declaración Conjunta Por un Grupo de Activistas Veganas Abolicionistas y Feministas por el día Internacional de La Mujer 2,010

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Esta semana le presento un ensayo escrito por un grupo de veganas abolicionistas, hablando del sexismo en el movimiento por los derechos animales.
Gracias a Paola Aldana de Meoño por traducirlo.

Declaración Conjunta Por un Grupo de Activistas Veganas Abolicionistas y Feministas por el día Internacional de La Mujer 2,010

Como abolicionistas veganas y feministas, nos oponemos al uso de técnicas sexistas en el movimiento en pro de los derechos animales. El veganismo ético por los derechos animales es parte de la oposición lógica a la explotación de todos los seres sintientes – ya sean humanos o no humanos. Oponerse al especismo es incompatible con emplear sexismo o cualquier otra forma de discriminación tal como el racismo, heterosexismo, clasismo y otras formas de opresión.
Desgraciadamente hemos sido testigas de como muchas activistas mujeres dicen que no hay nada de malo en usar el sexo como una herramienta para transmitir nuestro mensaje, y hacen uso de varios argumentos para tratar de justificar esta postura. Muchos otros activistas han sido atacados injustamente de “sexistas” porque critican abiertamente el sexismo dentro del movimiento por los derechos animales. Ninguno de estos comportamientos es aceptable para activistas que tomen en serio el trabajo contra la opresión.
Algunas activistas defienden este uso del sexo y nos han acusado de ser “anti-sexo” e inclusive “puritanas”. No es que seamos unas puritanas, si no que vemos la manera en la que el sexo es utilizado para vender cosas en nuestra sociedad machista, lo cual sólo refuerza el la objetificación de las mujeres. Por ejemplo, vemos como PETA utiliza el sexo en sus campañas. Promoviendo estandares de belleza al utilizar únicamente mujeres delgadas, de busto prominente, quienes tienden a mostrarse vulnerables a la audiencia designada (hombres heterosexuales) así como utilizando hombres quienes cuenten con un físico musculoso y atractivo, para verse seguros de si mismos y poderosos.
Cuando el sexismo es utilizado para tratar de “vender justicia” para los animales no humanos a costillas de reforzar actitudes negativas hacia hombres y mujeres humanas, la ironía es clara. La seriedad de las injusticias cometidas en contra de ambos humanos y no humanos en este mundo son rebajadas al utilizar estas técnicas basadas en estereotipos dañinos. Lejos de retar el problema de la explotación animal, este tipo de enfoque ayuda a reforzar los precisos estereotipos que han causado tanto daño en contra de las mujeres y animales por igual.
Algunas activistas defendiendo el uso del sexismo han dicho también que “mostrar nuestra sexualidad atraerá la atención de posibles veganos al apelar a su propia imagen y estima”, dando a entender de que cuando ellos vean “cuan sexy ser veganos nos hace” ellos también querrán ser veganos. Esta noción no sólo es equivocada sino que también es sumamente perjudicial para el verdadero mensaje que deberíamos de dar. Ser vegano se trata de respetar los derechos animales, no de sentirse sexy, o tener mejor vida sexual (cosas que todos sabemos, tienen poco que ver con ser vegano y más con tu propio estilo de vida y bienestar personal) y definitivamente ser vegano no se trata de verse mejor que la gente que come animales.
Promover el veganismo como manera de volverse “sexy”, lo cual desafortunadamente, en nuestra sociedad, casi siempre se relaciona con bajar de peso (por ejemplo, el libro Skinny Bitch viene a la mente) refuerza prejuicios en contra de personas que no son delgadas o que tienen problemas de sobre peso, lo cual afecta a hombres y mujeres en nuestra sociedad, sobre todo a las mujeres. Cabe mencionar que el veganismo no es una llave mágica para lograr bajar de peso, existen muchisimos veganos que están lejos de ser delgados, y a ellos escencialmente les estamos diciendo que son un fracaso con estas campañas que implican y promueven el veganismo como una herramienta para alcanzar la belleza aceptada en la sociedad. Apelar a estos estereotipos dañinos envía un mensaje dañino que no solo los refuerza, sino que quita la atención de la verdadera razón por la cual las personas deberían de ser veganas, la cual es para reconocer la persona moral de los animales no humanos.
Muchas de estas activistas que defienden estas técnicas sexistas argumentan que no se trata de sexismo, sino de liberar a las mujeres que deciden participar en ellas, y que criticar estas campañas es una falta de respeto para estas mujeres, algunos hasta dicen que este criticismo es sexismo. Esto es falso por muchas razones. Primero, estos argumentos muchas veces se dirigen a activistas hombres que critican estas campañas. Pero su género como tal no los hace menos calificados para hablar de sexismo o feminismo.
La noción de que “los hombres deberían callarse y escuchar a las mujeres” que esta postura implica viene a reemplazar la igualdad que el feminismo demanda. Como Bell Hooks sugiere, la hermanadad es poderosa pero el feminismo es para todos. Como veganas abolicionistas, nos sentimos muy felices de tener aliados como Gary Francione, entre otros, quien ha denunciado el sexismo dentro del movimiento en pro del derecho animal durante años. Ahora bien, aunque creemos firmemente que a las mujeres se les debe escuchar y tomar en serio, escuchar no se iguala a aceptar los argumentos de alguien solo porque sea mujer. Estar en desacuerdo y presentar argumentos logicos en contra no significa ser sexista. Es lamentable pero el sexismo prevalece tanto en nuestra sociedad que algunas mujeres ni siquiera creen que aún es un problema, y no ven como el sexismo tiene un impacto en sus vidas, ni tampoco como el feminismo es relevante. Algunos aliados feministas han pasado muchos años estudiando la teoría feminista, y solo porque sean hombres no quiere decir que su experiencia no cuenta.
La noción de que cualquier cosa que una mujer haga la “libera” es simplista al ignorar la estructura del sexsismo en la sociedad machista en la que vivimos. Claro, las mujeres que participan en estas campañas lo hacen voluntariamente, y algunas pueden sentirse liberadas, y reconocemos que se sienten de esta manera. Simplemente les pedimos que piensen cuan dañinas son estas campañas y lo inefectivas que son en cuanto a la explotación animal, y que por esta razón no participen en ellas.
Aunque no lo querramos aceptar, nuestras decisiones de tratar de “recuperar” la objetificación del machismo al participar en ella voluntariamente afecta a otras mujeres también, especialmente mujeres menos afortunadas, que viven en culturas que aún ven a las mujeres como objetos sexuales. De esta forma, ese mensaje de tratar de “recuperar” el control y “liberarse” se pierde en general, y aceptar este sexismo como algo normal o que “no es para tanto” termina por reforzar las actitudes que permiten el abuso y otras formas de explotación y violencia que se infringen sobre mujeres viviendo en pobreza y situaciones socio económicas más bajas alrededor del mundo.
Algunas personas dicen que este tipo de campañas son necesarias para llamar la atención del publico. Pero como hemos mencionado antes, esto quita la atención de las verdaderas razones para el veganismo: el derecho de otros seres sintientes a no ser tratados como objetos. Llamar la atención a toda costa no es una buena manera de exponer un problema tan serio como la violencia qeu se infringe contra los animales, sino que solo sirve para ayudar a ridiculizar el asunto. Las campañas sexistas de Peta obtienen atención, pero es atención para Peta, no para el problema en si. Es como una técnica estilo guerrilla diseñada para hacer que la gente hable de Peta para traerles más donaciones. (Y miren, está funcionando, porque henos aquí, hablando de Peta, pero no podíamos discutir esta problemática sin mencionar al mayor y peor ofensor, desgradiadamente.)
Aún más perturbadoras son las campañas en video que intercalan imagenes sensuales con imagenes crudas de violencia contra animales, supuestamente con el fin de llamar la atención de hombres heterosexuales y luego informarlos acerca del maltrato a los animales. Un ejemplo de esto es el “State of the Union Undress 2,010” (Estado de la Union Desnuda 2,010) de Peta, el cual incluye el video de una mujer desnudandose completamente “por los animales” el cual es seguido por un video en donde se demuestran escenas de severo maltrato contra animales no humanos. ¿Como suponen que asociar imágenes sexuales con imagenes de violencia va a ayudar a algo siquiera?
Las campañas que usan estándares de belleza no son las únicas técnicas sexistas que existen dentro del movimiento en pro de los derechos animales. Por ejemplo, están las famosas campañas en contra de las pieles, las cuales tienen un elemento sexista característico. Al aislar el uso de pieles, los activistas no solamente están implicando que existe alguna diferencia entre el uso de pieles y otros tipos de material de vestimenta de origen animal (lo cual no es cierto), sino que también están enfocandose en las personas que usan pieles e ignorando al resto del publico que utiliza otros productos de origen animal. La mayoría de la piel en nuestra sociedad es usada por mujeres. Efectivamente estas campañas se enfocan en un uso de productos animales mayormente por mujeres, menospreciando otros productos cuyo uso es igual de negativo, y es usado por gente de todos los géneros por igual. ¿Ayudará de algo señalar a una señora que usa un traje de piel, e ignorar a un hombre en motocicleta que usa una chaqueta de cuero?
También vale la pena mencionar los problemas de género involucrados en la explotación animal. Los animales explotados especificamente por su leche y huevos son (debería ser obvio) hembras explotadas por sus respectivos ciclos reproductivos. Las vacas (o cualquier otro mamífero explotado por su leche) son inseminadas constantemente y luego apartadas de sus crías, lo cual causa daño emocional y angustia a madre y bebé por igual. Y las gallinas y demás aves utilizadas para estos propósitos son constantemente explotadas hasta que sus ciclos reproductivos se desgastan o detienen. También las hembras del resto de las especies más consumidas por los humanos, son utilizadas como máquinas de crianza, teniendo camada tras camada hasta que su ciclo reproductor se atrofia, momento en el cual son enviadas al matadero, pues ya no proveen ningún beneficio económico para sus dueños.
Aunque como es de esperarse, en nuestra sociedad especista, el feminismo y sexismo siempre se han referido a humanos, al ver esto desde un punto de vista vegano abolicionista y feminista, la explotación de la “femineidad” de estos animales puede caer en la intersección de estas dos luchas. Es extraño que haya personas que son vegetarianas (pero no veganas) por “motivos feministas”. Uno creería que si alguien cree que comer carne está conectado de algún modo a tratar a las mujeres como “un pedazo de carne” que también verían el uso de productos que vienen de la explotación de los organos y ciclos femeninos de hembras no humanas como algo que también está conectado. El feminismo no se trata sólo de tener una vagina y un monólogo, sino una práctiva vivida diariamente, una fuerza dinamica para el cambio y liberación, un diálogo, una comunidad, y una transformación social traducida en actiones y palabras cada momento de nuestras vidas.
Si el feminismo es para todos, eso incluye también a los animales no humanos. Como activistas por los derechos animales, ya sea que seamos hombres o mujeres es nuestra responsabilidad oponernos a la explotación y opresión de todos los seres sintientes. Esto será posible únicamente educando a otros de una manera creativa y objetiva. ¿Cómo podemos pretender terminar la explotación de los animales no humanos cuando al mismo tiempo estamos apoyando la explotación de nuestra misma especie?

En conclusión, objetificarnos a nosotras mismas no nos “empodera” ni mucho menos nos “libera”. No podemos usar métodos sexistas para luchar por una causa de justicia social. Toda la explotación de seres sintientes está interconectada; no vamos a acabar con el especismo (la opresión de otros animales por el simple hecho de no ser humanos), sin un firme compromiso en contra del sexismo por igual, y ciertamente no con el oportunismo de obtener atención a toda costa el cual utilizan muchos activistas a cuestas de otros grupos discriminados.

Espero que lo disfruten y si están de acuerdo por favor difúndanselo.


Gracias

 


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